viernes, 16 de junio de 2017

Eduquemos con el ejemplo.


Asombrosamente en este tiempo es cuando más publicaciones en contra de la iglesia veo. ¡Al parecer, el diablo anda suelto! 

Normalmente siempre es punto de discusión cuando de religión se trata, y se comprende por qué precisamente Dios nos hizo libres de elección, por lo mismo, somos capaces de decidir como medio vivir, vivir, o vivir en plenitud o como ir muriendo, poco a poco o rápidamente. 

Los humanos somos "curiosos" (como dicen por aquí), cuando las cosas suelen ir bien, lo hicimos nosotros, pero cuando van mal, hay que ver a quien echarle la culpa, porque mía, no es, me pregunto, ¿será tan difícil hacernos responsables de nuestras acciones?, si procedemos en el bien, no habrá manera de tener que arrepentirnos. 

Entrando en este tema del bien y del mal, que no me daría la página para extender mi análisis de tanto que decir, en mi humilde opinión y en resumen, puedo pensar en el bien como "ama a tu prójimo" y en el mal, como lo contrario, "no lo ames". Y no solo me refiero al primer mandamiento de Dios en mi creencia, sino puedo mencionar igual, si tu no crees en Dios, a Benito Juárez " el respeto al derecho ajeno, es la paz", que no está muy lejos de ser lo mismo que pidió Jesús. 

Entonces comienzo con mis porqués, ¿porque te angustias por lo que el vecino hace o no hace? Invierte tu tiempo en remediar tus males; quiero decir, deja de juzgar al de enfrente, aprovecha este tiempo de cuaresma para reflexionar sobre ti, (que cualquier tiempo es bueno), si para ti no es cuaresma, pues será el fin de semana, o el viernes o el día que quieras, porque hasta sentado en la taza del baño uno puede estar haciendo una reflexión de vida.

¿Tienes problemas con tu marido?, reflexiona, ¿qué aportas tú de positivo a esa relación? Pero reflexiona conscientemente, no haciéndote la víctima, ¿tú qué haces para mejorar?, tú ¿qué haces para ser mejor esposa o esposo, compañera, amiga, amigo; comprendes? ¿Eres paciente? ¿Eres servicial? O ¿pides, pides, pides sin temor a equivocarte? Difícil es auto juzgarnos, porque resulta, que siempre el otro es culpable, él o ella no hizo, él o ella no dejo, él o ella no entiende, él o ella no quiere, ¿y tú? ¿Qué haces tú por el otro? Te has puesto a pensar, ¿cuantas veces tus relaciones han fallado?, ¿Porque? ¿Será siempre culpa del otro?, tú ¿no tienes nada que ver? ¿Tú siempre eres el bueno o la buena del cuento? ¿Será?   Es un tema tan extenso que lo dejaré hasta ahí para que solo sirva de "removedor".

Del mismo modo y para no repetir, pregunto con los hijos, con los amigos, con los compañeros de trabajo, ¿qué tan buenas relaciones tienes con todos? O ¿todos te agreden? Tus hijos ¿no te entienden? ¿Los entiendes tú?, ¿tus amigos no son tan amigos? ¿Lo eres tú?, ¿tus compañeros de trabajo no hacen bien las cosas o son flojos, o no cumplen? ¿Y tú sí? Las personas en general somos imperfectos, solo Dios (para mí, es perfecto), cometemos errores, caemos, nos levantamos, tropezamos, la regamos, y de eso se trata la vida, el que no aprende de sus errores, los repetirá todo el tiempo. Pero aquí es el punto en el que quiero parar; ¿porque nos echarnos encima del que peca?, ¿del que roba?, ¿del que mata?, ¿del sacerdote, del amigo, de los padres, del vecino?, sin antes pensar en lo que debió pasar esa persona para ser así, eso se llama ¡compasión!, y aclaro, no estoy diciendo, que el que cometa un delito no lo pague ante todas las leyes existentes, lo que digo es que, si tú no eres el juez, ¿porque te metes?, ¿porque no tienes un poco de piedad?

Te has puesto a pensar, ¿si cada persona en el mundo hiciera lo mínimo por cambiar las cosas, el efecto que esto daría? Si nos ayudáramos entre todos, si en lugar de criticar, tendieras la mano, si en lugar de pedir, aportaras, si en lugar de mirar y apuntar las cosas negativas, resaltaras las positivas, estoy segura que todo sería distinto. Es más te doy otra más humana opción, quieres criticar, perfecto hazlo, pero por cada crítica negativa que hagas de una persona, has 5 mínimo positivas de alguien más, sea quien sea, el portero, el vecino, tu hijo, tu comadre, estaría padre, ¿no? Así tiraríamos al mundo más cosas "buenas que malas".

Y bien, dirás, esta vive en un mundo rosa, si, tienes razón, mi marido ayer justamente me lo dijo, y causo un efecto en mí, más que fascinante, vivo pensando, deseando, creyendo, en un mundo mejor, mucho mejor, en donde todos nos amemos, en donde exista comprensión para mí, para ti y para cualquiera, creo firmemente que los padres de hoy somos capaces de educar "con el ejemplo" a hijos más humanos, más amorosos, más justos, creo que Dios nos ha dado la libertad de vivir en el mundo que nosotros queramos. Y yo, quiero, trabajo y vivo en ese mundo maravilloso color rosa del que elijo y prefiero no salir. ¡Quizá algún día, logre convencer a más de uno, que viva en él, y con eso, quizá, me daré por bien servida!

¡Saludos!

L.R.

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