lunes, 25 de septiembre de 2017

El problema no es problema...

Ahora sí, que como dice Arjona, el problema no es problema... el problema es que te crean. 
¡Como he leído cosas en face!, así como se dicen logros, también desaciertos. Yo quisiera que solo subiéramos ánimos y buenas obras, pero obviamente no es posible,  en este mundo de reclamos no podríamos ver totalmente lo positivo y la verdad es qué hay mucho de razón en ello.
Pero aquí lo importante es que estemos conscientes del por qué se tiene tanto cuidado con los centros de Acopio, con la mercancía, con los traslados, etc., de alguna manera se quiere hacer ordenadamente las cosas, ¡si ya se!, dirán qué hay quienes no lo están haciendo y precisamente a eso voy, estoy segura que la mayoría de las personas tenemos muy buena voluntad de ayudar, si, de eso no tengo la menor duda, el problema no son los de buena voluntad, si no los que se aprovechan de la desgracia ajena que también los hay y por montón. 
Pero a lo que voy es que para todo se necesita un orden.
Por ejemplo: se pretendió certificar a los centros de acopio precisamente para tener un lugar seguro en donde llevar tu apoyo, hubo quienes no creen en ellos y están en su derecho, cada quien puede hacerlo de manera particular con quien le sea más confiable. Y ese alguien tendrá que estar en orden para poder transportar todo lo que se done. Pidiendo permisos y dejando se le revise lo que lleva en cada retén. 

Los centros de acopio o en cualquier otro lugar recolector, no pueden entregar la mercancía a cualquier camión que quiera llevarla, por qué hay que clasificarla, y no es tan rápido, cuando gracias a Dios es tanta la ayuda,  no es nada más, llevar por llevar, hay que ver a quien, que se necesita y como se transporta, permisos y lugares de entrega. Habrá personas que se aprovechen de esto y transporten alguna otra cosa prohibida y ¿como regular si los dejas libre?. Habrá quien reparta de buena fe y quien se lo quede, para otros fines. Puedes llevarlo personalmente y correr el riesgo de que te asalten o que lo lleves a un lugar inadecuado. 

Es complicado y muchas veces parece que se traban los trámites y que no se quiere apoyar, pero en verdad, no es tan ahí se va. 
Al menos yo lo estoy palpando de cerca y aquí todos tienen la mejor disposición de ayudar y que llegue a donde tiene que llegar, pero no es tan rápido como todos querríamos. Quizá de los lugares cercanos sería más, pero con nosotros debe ser con calma, para que logremos ordenadamente aportar lo nuestro. 

Desgraciadamente hay de todo, veía unos chicos por hacerse los graciosos que asustaban a los vecinos con una alarma sísmica, ¿como confiar en todos, si algunos no se tientan el corazón? , hay quienes están robando las casas pidiendo despensas a domicilio, aprovechando el desorden, en fin, se entiende que no confiemos en muchos. Pero tirar opiniones negativas sin tener pruebas, contamina más que lo que ayuda. Si tú fehacientemente tienes pruebas exponlo y exige castigo, pero si son suposiciones, mejor no lo reenvíes o no lo repitas, por qué confunde, porque desanima, porque limitas a quienes si quieren ayudar. 
Como siempre mi humilde opinión. 
Saludos 
L.R. 

sábado, 23 de septiembre de 2017

Un País de singular resiliencia.


En psicología, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc.
"la resiliencia potencia la felicidad"
Hemos pasado una semana verdaderamente difícil, y por supuesto que hay quienes la han pasado peor pues son los afectados, gracias a Dios nosotros lo único que pasamos, es más trabajo, pero con la ilusión de que haciéndolo bien y de corazón podamos ayudar así a muchas más personas, que al final es lo importante.
Pero me llama la atención, la manera de reaccionar del pueblo mexicano, no cabe duda que somos un País grande, y digo grande en todos los aspectos, en territorio, en población y en corazón, que manera de querer ayudarnos entre nosotros, pudiera olvidarse por un momento que nos pasamos luchando unos contra los otros y hacemos un solo frente para las desgracias. Eso da muchas lecciones que ojalá pudiéramos captar.
En principio la gran lección es: que “lo podemos todo” somos un país que se sabe reponer y anteponer a todo, sea bueno, malo o desgracia, a eso se le llama resiliencia, y como bien dice la descripción, eso te potencializa la felicidad.
Somos un país que sabe hermanarse ante cualquier catástrofe, olvidamos nuestras diferencias y podemos hacer frente a lo que se ponga enfrente, cuantas personas queriendo ayudar, cuantas personas donando, desde el más, hasta el que menos, eso verdaderamente es admirable y en este momento no importo, diferencias partidistas, religiosa, raciales, deportivas, culturales ni mucho menos.
Somos un país con una fe inquebrantable, cuando creemos en algo no hay quien nos gane, podemos y queremos con una pasión desbordada que ningún país tiene.
La parte que quizá hay que saber equilibrar a tan efusiva muestra de poder es la discreción, la prudencia, la tolerancia, el oportunismo, el protagonismo, la humildad, pero sobre todas las cosas lo que llamo yo “el estorbismo”.
Voy hacer muy resumida: esto es muy sencillo, si no sirves para algo, no estorbes, seguramente se agradece toda la ayuda, los minutos después del evento, fue primordial la ayuda de todos, sacar piedras ayudar a los dañados, que impresionante todo lo que hicieron sin que nadie los dirigiera, estuvo genial, el problema es después, si ya hay equipo especializado, ya hay que retirarse, porque en lugar de ayudar estorba uno, hacer bulto para lanzar porras cuando salvan a alguien no ayuda y si que se puede pero detrás de la barrera.
En un momento como este, se oyen muchas cosas, suceden muchas confusiones, son muchas personas, muchas opiniones y es normal que sucedan disturbios y que se digan cosas que no son, recordemos que todos tenemos intensión de ayudar y “querer”, queremos oir gente viva, queremos salvar vidas, queremos ayudar, eso es maravilloso, pero dentro de todo eso, también hay confusión es totalmente humano y como humanos también hay quienes opinamos sin saber, estoy segura que si alguien por ahí entre las piedras escucho al otro que está del otro lado picando piedra decir hola, pues el del otro extremo imagina que es alguien que esta atorado, se voltea y comenta al de junto hay alguien aquí yo lo oí, el de junto se voltea y comenta hay alguien vivo, esta atorado y el de junto dice hay alguien vivo ya hablaron con él y así sucesivamente hasta que le ponen hasta “nombre” ¿quién tiene la culpa o quien no?, eso es lo de menos, recordemos “Todos queremos ayudar”, aún las televisoras, y mucho más los soldados, los bomberos, los policías, ¡POR FAVOR! Prudencia, todos podemos equivocarnos en la confusión de un evento de esta magnitud, y como comento los humanos y más los mexicanos somos especialista en “opiniología” y cuando emitimos opinión del algún tema lo decimos con tanta seguridad que no hay quien no nos crea.
Si nos piden ayuda, ayudemos pero si no, es mejor retirarnos un poco y esperar a que algo se necesite, vi en los videos que cuando sacan a alguien madre mía hay tanta gente alrededor, grabando y echando porras que no dejan ni estirar la camilla, todos quieren ser héroes, y colgarse la medalla de una vida, y no está mal, se agradece la ayuda muy seguramente, pero hay gente ahí especializada que si nos necesitan, nos lo dirán dejémosle trabajar y ayudemos en lo que no se ve, en lo que nadie dice, en lo que hace falta dando de comer, empacando, ordenando y no te ofendas si te piden que te retires, recordemos hay personas especializadas inclusive de otros países ayudando, ve a los poblados en donde nadie ayuda, en donde no hay tele, en donde no serás noticia, trabaja en tu centro de acopio, en tu lugar de origen hay también seguramente cosas que hacer en beneficio de otros, y no necesariamente afectados por el sismo.
Aprovechemos esta oportunidad de aprender y de repetir estas buenas acciones con nuestros vecinos con nuestra gente humilde, con nuestros ancianos, con nuestros enfermos, con nuestros necesitados. Si cada quien nos encargáramos de ayudar a un necesitado, todo sería distinto. No esperemos a que haya un sismo, un huracán, un “algo”, para demostrar de que estamos hechos los mexicanos, diariamente podemos hacerlo, digo yo con el solo hecho de ponerle corazón a lo que hacemos diariamente y no quejarnos tanto, yo creo que lo lograríamos, como en todos mis escritos repito, “si yo cambio, cambia mi mundo” la única manera de cambiar las cosas, es haciéndolas nosotros. Regularízate, no pagues mordida, no cometas infracciones, no enseñes a mentir, no robes, no mientas, no estorbes, ama a tu prójimo, si no es difícil y no es nuevo, lo importante es “captarlo”.
Saludos a todos
Dios multiplique en paz y bien a todos lo que de buen corazón ayudan.
L.R.